Contra el Viento del Norte

Contra el Viento del Norte llegó a mi vida por la recomendación (vía correo electrónico) de Ana; de hecho insinuó haberse acordado de mí cua...

Contra el Viento del Norte llegó a mi vida por la recomendación (vía correo electrónico) de Ana; de hecho insinuó haberse acordado de mí cuando lo leyó (ahora yo me pregunto si por Emmi, por Leo o incluso por Bernard…).

Los tiempos han avanzado y lo que eran epístolas (como las de los Papas u Obispos a sus siervos) se han convertido ahora en correos electrónicos, mensajes a móviles o frases en muros… pues Contra el Viento del Norte es, por lo tanto, una actualización de esas clásicas cartas de amor que llegaban a nuestros buzones, tan solo que ahora, los buzones se han convertido en bandejas de entrada.

Contra el Viento del Norte nació probablemente en un ordenador (¡y que más da si hubiese nacido en un bloc de papel!) el ordenador de Daniel Glattauer, colaborador en prensa escrita y escritor a tiempo parcial. Contra el Viento del Norte es una historia de comunicación en los tiempos de la incomunicación personal, una historia de cómo un correo electrónico puede cambiar nuestra vida (nuestra vida y de quieres nos rodean).


La verdad es que a partir de este momento es cuando este post se complica y os explico por qué: he devorado Contra el Viento del Norte (le he dedicado buena parte del poco tiempo libre del que dispongo) y lo he devorado por diversos motivos; primero porque Contra el Viento del Norte se lee con suma facilidad, y es que en la actualidad estamos acostumbrados a recibir y enviar correos electrónicos, de esta forma Glattauer consigue una lectura fácil, rápida y amena para aquel que se acerca a su obra. Segundo porque la historia me resulta realmente cercana (aquí no voy a dar más explicaciones ya que quienes me conocen y se acerquen a la novelilla sabrán perfectamente por qué lo digo).

Reconociendo que la he devorado, que la historia me resulta cercana y demás cosas… he de decir que la historia de Leo & Emmi, Emmi & Leo se asemeja a las de aquellos jóvenes de mi tierna adolescencia que invadían la televisión a la hora de la sobremesa (Al Salir de Clase creo que se llamaba). Y es que os aseguro que en mis carpetas de correo (y en las vuestras probablemente) hay mensajes mucho más interesantes y especiales que el de estos dos tórtolos (no os reviento nada al llamarlos así). Sí, es un libro “dulzón” que en ciertos momentos incluso roza la cursilería, un libro como esas novelas de Corín Tellado pero adaptadas al siglo XXI.

¿Entonces por qué el éxito de esta novela? Pues probablemente por el mismo punto anterior, porque nosotros, en mayor o menor medida, en algún momento de nuestras vidas, todos hemos sido Emmi y Leo (e incluso, quizás ignorándolo Bernard) y ahora, nos gusta recordarlo al tenerlo en papel entre nuestras manos, nos hace sentir importantes (a nosotros y a nuestra historia) y en parte nos hace sentir eternos como Romeo y Julieta, ver que nuestra vida en algún momento fue parte de una novela de éxito, una novela traducida a 28 idiomas, una novela titulada Contra el Viento del Norte.

Aquí os puede interesar

4 seres inteligentes han dicho y tú, ¿a qué esperas?