The Vampires Diaries (Crónicas Vampíricas) (3ª temporada)

Y mientras la voz de Jonsî (al frente se Sigur Ros) se resquebraja el final de esta tercera temporada de The Vampires Diaries se acerca. Pe...

Y mientras la voz de Jonsî (al frente se Sigur Ros) se resquebraja el final de esta tercera temporada de The Vampires Diaries se acerca. Pero antes de llegar a ese instante final donde varias luces (personajes) se apagan muchas cosas ocurren a lo largo de esta tercera temporada.


En esta tercera temporada de The Vampires Diaries los guionistas han decidido centrar la trama en Klaus y, como no podía ser de otra manera, en el triangulo Damon-Elena-Stefan. Si bien la primera parte de la trama tiene sus altibajos la segunda ha ido de menos a más pero desgranemos la cosas poco a poco.

Comencemos diciendo que buena parte de la acción transcurre alrededor del Klaus y su familia, a la que intenta reunir, disgregar, volver a reunir, disgregar de nuevo... sí, como podéis observar el amigo Klaus o mejor dicho nuestros amigos los guionistas, tratan de estirar un trama de una manera ilimitada... que sí señores, que las rencillas familiares están realmente bien si esto fuese Falcon Crest pero no, esto es una serie de quinceañeros en la que chica normal se enamora de vampiro.

Brujas, hombre lobo (podrían llamarles licantropos, terminaríamos antes y le daría más caché a la serie), vampiros, vampiros-originales, fantasmas, engendrados... demasiado elementos para mover sin que chirríe alguno. Y es que el universo de The Vampires Diaries ha crecido tanto que muchas veces resulta aburrido y parece más el patio de Al Salir de Clase. Señores guionistas, dejen de inventar y sumar y céntrense en el producto que tenemos.


Vayamos ahora a la parte de telenovela: ¿qué pasaría si Damon y Stefan intercambiasen los papeles? Pues como suponéis: sería una mierda. Y es que Ian Somerhalder con cazadora de cuero negro y camisa negra nunca será el héroe (aunque siempre será un maravilloso anti-héroe). Os he comentado con anterioridad que la trama va de menos a más y es que es fácil: al principio es lamentable y poco a poco va ganando enteros.

Desde que he comenzado con esta serie siempre he tenido la sensación que nos han intentado vender a una chica guapa en medio de dos amores: un amor de verdad, de cuento de hadas donde Elena y Stefan rompen todos los prejuicios que podamos tener y el amor triunfa y uno malo donde Elena abandona al príncipe azul para irse de la mano del "malote" de la clase que antes o después le hará daño ¡¡¡Pues no señores, no!!! Elena juega a dos bandas: besa a uno y da ilusiones al otro.

Y por fin, alguien con sentido se ha dado cuenta de ello y aunque ha sido en el último capitulo de la temporada, le quita la careta a Elena y nos la muestra como lo que es: una mujer que juega con el corazón de dos hombres... sí, alguno estará leyendo esto y pensará "a Dawidh se le ha ido la cabeza" pero no, es que sinceramente, estoy cansado que se nos venda a las mujeres como princesas que sufren por la batida de dos caballeros por su amor, asumamoslo, eso no existe. Aquí, por fin, y amortiguada por la voz de Jonsï, nos encontramos a una mujer que no tiene claro lo que quiere y que sin ningún tipo de tapujo juega con los sentimientos de quienes le rodean.

The Vampires Diaries es una serie para quinceañeras carpeteras: probablemente. La tercera temporada de The Vampires Diaries ha sido mediocre hasta que la voz de Jonsï ha entrado en escena: probablemente también. Pero ¿sabéis? Espero que llegue la cuarta temporada para, quizás, encontrarme a Elena sola y creer de nuevo en el karma.

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