Ahora que LaSexta nos golpea constantemente con el estreno de la primera temporada de Boardwalk Empire y antes de que se convierta en un éxito de masas (o en un autentico fracaso, vaya usted a saber) he decidido adelantarme y ponerme con la segunda temporada.

Sin duda la presencia de Buscemi me llevó, más de un año después, a ponerme frente a Boardwarkl Empire esperanzado en el crecimiento de la serie y tras los primeros episodios todo aquello que recordábamos de la maltrecha primera temporada se tira por los suelos para comenzar un guerra, pero no una guerra por el licor, por su distribución o por una alianza, no, una guerra en casa entre Nucky y Jimmy, entre un padre y un hijo, entre el líder de la manada y su mano derecha. Sí, ahora, en tiempos de guerra, veremos como cada personaje (aquellos personajes planos y sin valor) deben tomar cartas en el asunto para dejar de vagar por la pantalla y convertirse en señores de armas de su rey (sí, suena a Juego de Tronos pero recordad que también es de HBO).



Sí, Boardwalk Empire crece. Lo que antes nos parecía plano y sin vida, ahora resulta tener una cara oculta (muchas veces cruel) que llena de matices una serie que antes podríamos resumir en tan solo dos cara; ahora es imposible por que todos tienen algo que decir (y lo hacen). Pero además de ello Boardwalk Empire es coherente, es decir, los patrones de actuación de un personaje son siempre los mismos, tiene un objetivo y lucha por él no se ajusta a la necesidad circunstancial del guión y siguiendo el devenir natural de los acontecimientos (con esto no quiero decir que sea previsible en ningún momento, de hecho, no lo es).

Contar mucho más sería llenar este artículo de spoilers que destrozarían vuestro visionado de la temporada, por lo tanto prefiero dejarlo aquí diciendo que Boardwalk Empire es más que una serie sobre la Ley Seca y se convierte poco a poco en una película de Martin Scorsese en pequeñas entregas.



Boardwalk Empire triunfará o se hundirá en la parrilla de LaSexta, no lo sé, pero lo que sí sé es que esta segunda temporada es mucho más contundente, dura y adictiva que la primera y que Boardwalk Empire es una de las series más interesantes de la actualidad. Ahora sí: deseo tener ya la tercera temporada.