Hodejegerne

Estamos habituados al cine americano (norteamericano) con sus blockbuster y sus efectos especiales pero el cine actual no solo se reduce a...

Estamos habituados al cine americano (norteamericano) con sus blockbuster y sus efectos especiales pero el cine actual no solo se reduce a eso, encontramos por ejemplo pequeñas perlas como Hodejegerne, una cinta Noruega en la que nos encontramos con un ladrón de guante blanco especializado en obras pictóricas y asistimos a su último trabajo; vamos, que contado así no tiene demasiado mérito pero el mérito llega cuando Morten Tyldum nos presenta a sus personajes y es que este malo de metro sesenta y ocho nos genera una ambigua sensación: por un lado nos produce rechazo, sí, es malo, feo, pequeño... pero al mismo tiempo somos conscientes que oculta más de lo que cuenta.

Puestas las cartas sobre la mesa, dibujados y construidos los personajes, Hodejegerne avanza a una velocidad vertiginosa debido a un guión inteligente y bien estructurado. Una película que retrata a los hombres de negocios como sanguijuelas codiciosas encorbatadas pero que es posible que un día reciban su merecido por que hoy estás arriba pero mañana...

Pero esa realidad aséptica y perfecta se verá pronto alterada por pequeñas pinceladas de humor negro y violencia que hacen crecer minuto a minuto la tensión de espectador hasta atraparlo totalmente gracias también en gran medida a las buenas interpretaciones de los actores del film (sí, podemos encontrar a Jaime Lannister entre ellas). 

Hodejegerne demuestra que hay vida en el frío norte más allá de Millenium y se convierte en una de las cintas con las que más he disfrutado en los últimos tiempos, por ello he decidido otorgarle: 

Sí, he dicho que he disfrutado mucho con ella pero cuatro gatitos hubiesen sido sin duda excesivos si bien es cierto que tres se le quedan cortos.

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