Recuerdo que cuando se estrenó Argo mi compañera de piso me la recomendó pero el tiempo pasó y por desidia, falta de tiempo o vaya usted ha saber no acudí al cine. Llegaron entonces, como cada febrero, los Oscars y ya de madrugada Affleck lloraba como un niño mientras levantaba la estatua que premiaba a Argo como mejor película. Ya no había vuelta atrás, era el momento de ponerse frente a Argo.

No encontramos ante un hecho real,  en 1979 la embajada de Estados Unidos en Irán es tomada por lo seguidores de Ayatolá Jomeini seis de los trabajadores de la embajada americana logran huir y refugiarse en la embajada de sus colegas y vecinos canadienses; Estados Unidos decide sacarlos de allí antes de que sean encontrados por los seguidores de Jomeini y sean juzgados como espías, deciden desde la CIA montar una operación de rescate que use como tapadera la grabación de una película en tierras iranies. Dicho esto se terminó el hecho real que nos narra la cinta.

Cuentan que los "rehenes" nunca pasaron el calvario que Affleck nos muestra en la cinta, que la salida no fue tan complicada, cuentan... pero eso nos da igual, de si es verdad o mentira no se trata Argo. Argo es una película que busca entretener al público y lo consigue, Affleck crea una atmósfera de tensión que durante dos horas de apodera del espectador. Y es que el thriller político es muy atractivo: gobiernos en la sombra manejando otros países, golpes de estado orquestados, extremismo religioso... vamos, lo que podemos ver cada día en el telediario pero con la suficiente distancia para saber que es mentira, que es un decorado y que realmente no sucede (y que si sucede miramos para otro lado).

La ambientación de Argo es un lujo, de ello dan buena cuenta las imágenes comparadas de los créditos finales. Imágenes que Affleck usa para dar ese último toque de verosimilitud a su obra, imágenes que usa para decir: "vale, quizás no sea totalmente fiel pero de verdad esto estaba pasando". Ambientación, vestuario, fotografía... son bazas a favor de Argo, bazas que consiguen que nos la creamos y nos enganchemos a su historia.

Está claro que Affleck no ha sido buen actor, de hecho no lo es ni en su oscarizada Argo, pero como director se está labrando una buena carrera. Contando historias creíbles y cuidadas, historias como Argo que se merecen:


Alejándonos de la película: ¿los americanos son los malos o los buenos? Los buenos porque salvan a su gente o no... no, eso lo hace Tony Mendez por propia iniciativa  Los malos porque generan un golpe de estado por la nacionalización de los pozos de petroleo que ellos querían explotar. Los buenos porque el bien triunfa sobre el mal y ellos son los que triunfan. Los malos porque les duele que sea Canadá quien se lleve la gloria... y así eternamente.

pd.: alguien al ver a Ben Affleck se ha acordado de Chuck Norris o me ha pasado solo a mí?