Sinceramente el beber los vientos por Elena Gilbert ya me empieza a cansar un poquito: primero cuando era una niña mona-tonta, después cuando había descubierto el pastel del vampirismo, llegaron más tarde los brujos y los licantropos (hombres-lobo) y ahora la convierte a ella en vampiro... ¿de verdad queremos seguir tirando de una teta a la que ya apenas le queda leche? Es que la historia de los hermanos Salvatore cuidando de la chica Gilbert nos está aburriendo un poco, menos mal que los secundarios siguen, una vez más salvando la papeleta pero no a toda costa.

Está claro que The Vampire Diaries debe mejorar mucho de cara a la próxima temporada por que sí amiguetes habrá una quinta temporada y casi podría asegurar que será mejor que esta cuarta... básicamente porque esta ha sido la peor temporada de la serie sin ningún tipo de dudas.
Pero salvemos algo de esta nefasta temporada: Klaus. Klaus a pasado de malo-malísimo a un villano con sentimientos, corazón y humor, sin duda es el personaje más interesante actualmente en la serie y creo que los productores de Crónicas Vampíricas se han dado cuenta de ello y están trabajando en un spin-off de la serie que tendrá como protagonistas a The Originals y es que al final eso del amor, de la luz al final del túnel, de blablabla... está muy bien pero los personajes oscuros como Klaus, Rebekah o Colt terminan siendo mucho más interesantes y atractivos para el espectador.

Pues tras este tropiezo solo queda esperar a la llegada de una nueva temporada, a que se me pase el mosqueo por aguantar esta pantomima de temporada y puede dirigirme a la quinta con una actitud nueva, la misma que deben tener los guionista si quieren que The Vampire Diaries sobreviva un poquito más.