Los Últimos Días

Los directores tienen actores fetiche: Burton a Johnny Deep, Aristarain a Luppi... como cinéfilo y espectador ocurre lo mismo, yo por ej...


Los directores tienen actores fetiche: Burton a Johnny Deep, Aristarain a Luppi... como cinéfilo y espectador ocurre lo mismo, yo por ejemplo tengo predilección por Luis Tosar y como no por Quim Gutiérrez (@quimyo) desde aquel AzulOscuroCasiNegro por eso y luchando la animadversión que me produce José Coronado decidí hacerme con Los Últimos Días.

Los Últimos Días nos presenta una pandemia mundial: un ¿virus? (se supone ya que nadie lo explica) convierte a los seres humanos en personas agorafóbicas que deciden refugiarse allí donde fueron infectadas: casas, centros comerciales, edificios de oficinas... bien, hasta aquí todo correcto: un futuro cercano apocaliptico en el que los seres humanos deben luchar contra esta pandemia denominada "el pánico". Y a partir de aquí comienza el caos.

Nos encontramos ante dos personajes opuestos: el Quim Gutiérrez, un joven programador y el de José Coronado, un tiburon de negocios que viene a hacer una reducción de plantilla, que se alian para salir del edificio y lograr sus objetivos... pero espera ¿no eran agorafóbicos? Pues sí pero su miedo es salir a espacios abiertos: recorrer túneles del metro, aparcamientos de centros comerciales ¿raro? Sí, pero no nos desviemos, hablábamos de Enrique (Coronado) y Marc (Quim Gutiérrez), dos personajes opuestos que se unen por un fin... bueno, acepto la idea pero el problema es que no hay química ninguna entre ambos. Como he dicho considero que Quim Gutiérrez es un buen actor, un tío que me cae extrañamente simpático pero en esta película no cumple, vamos, que hace buen a Coronado! Y este, Coronado, no parece creíble en ningún momento por lo tanto imaginad a Gutiérrez.

Es indiscutible que Los Últimos Días es técnicamente buena, que los hermanos Pastor lo hacen bien como directores, es indudable e indiscutible pero a la hora de firmar un guión al pareja naufraga: demasiadas frases escuchadas en otras películas, demasiados dialogos vacios, demasiado refrito... y es que ¿quién no ha pensado en The Walking Dead o en Soy Leyenda durante el metraje de Los Últimos Días? Y el final... pero señores ¡qué no siempre hay que ganar! Y muchos menos así... patético.

Los Últimos Días es una película muy bien hecha, muy cuidada, con una fotografía maravillosa de una Barcelona vacía que cojea en su guión y en sus actuaciones (por ser malas hasta el malo el "cameo" de Leticia Dolera), por todo ello he decidido que para Los Últimos Días:

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