300: El Origen de un Imperio (300: Rise of an Empire)

Hace muchos, muchos años en este blog aparecía la primera reseña. crítica o llamalo-como-quieras sobre una película ¿La película? 300 . A...

Hace muchos, muchos años en este blog aparecía la primera reseña. crítica o llamalo-como-quieras sobre una película ¿La película? 300. Años después, más de siete para ser exactos, llega la secuela (aunque realmente se trate de un spin-off paralelo a la batalla de las Termópilas) de aquella cinta que narraba la lucha entre espartanos y persas, muchas cintas ha habido por el medio, muchos gatitos sonrientes, muchas cosas han pasado pero siempre hubo una primera vez y en honor a esa primera vez decidí ponerme 300: El Origen de un Imperio.

Y en estos siete años las cosas han cambiado mucho, cambiado y evolucionado como podemos observar en los efectos visuales de esta 300: El Origen de un Imperio son mucho más llamativos que aquella post-producción tan trabajada de 300, la cual sin duda marcó un mito por el uso extremo de un ralentí que convertía cada cuchillada en una apoteosis de sangra y endorfina. Ahora cada batalla es una coreografia de cuchilladas, patadas y espaldas blandiéndose realmente trabajada hasta la extenuación, hasta la perfección de sombras y gotas de sangre y sudor volando y cayendo.  

300: El Origen de un Imperio es correcta pero el falta sin duda el impacto de su predecesora. Quizás en aquel 2007 era complicado ver como un cómic llegaba al cine de una manera tan correcta y cruda... ahora, ahora 300 es un película más. Mantiene sin duda aquellos discursos épicos de la primigenia, mantiene como no podría ser de otra manera el uso de la sangre a borbotones y es que esté y el ralentí en las batallas son sin duda el sello de la saga, mantiene los músculos, mantiene... pero no aporta nada, no avanza, no ilusiona ni ofrece nada nunca visto antes tan y como hizo Leónidas. 

Mantiene pero no mejora, la crueldad de 300 conseguía el silencio por que nadie nos había mostrado el salvajismo de un combate cuerpo a cuerpo en la antigüedad pero ahora en 300: El Origen de un Imperio jugamos a estrategas. Quizás Gerald Butler y su core cortaron el aliento a buena parte de los espectadores pero ahora Sullivan Stapleton no derrocha carisma y suena más a William Wallace que a Leónidas conocedor de su próxima muerte... y es que en 300 moríamos por la libertad mientras en 300: El Origen de un Imperio luchamos (y vencemos) por ella quizás la diferencia de discurso para el espectador esté ahí: antes luchábamos sabiéndonos derrotados, había ideales, ahora, en cambio, sabemos que la fortuna, la taquilla y los dioses están de nuestro lado. Antes innovábamos, ahora solo nos dedicamos a hacer lo que siempre hemos hecho en Hollywood.

Hace unos días dos de mis jugadores añadían una cosa que quizás tenga más importancia de la que a priori parece: la falta de veracidad de la historia:

- Es que coño, Leónidas muere luchando y es verdad pero en esta se pasan la Historia por el forro...

Y es verdad, si en la primera la trama era fiel a los libros de Historia en este spin-off poco tienen que ver con la misma. Es más Artemisa pidió prudecia a Jerjes, quien en un acto de egolatría pensó someter a Grecia en un abrir y cerrar de ojos. Quizás esto que parece una tontería hace que los espectadores se alejen de la película y la vean como un producto palomitero que como una película que mezcla diversión e Historia.

Por todo ello desde El Mundo de Dawidh hemos decido otorgar a 300: El Origen de un Imperio:


Por cierto y para terminar esta reseña: Eva Green aporta a esta película algo que ni todos los hombres musculados de las dos entregas aportarían en toda una vida: una mirada de odio que solo una mujer sabe poner.

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