Suits, 3ª temporada

Sin duda sois conocedores de mi gusto por Suits , por los trajes de Harvey, por los vestidos de Donna o los complementos de Mike; sí, d...


Sin duda sois conocedores de mi gusto por Suits, por los trajes de Harvey, por los vestidos de Donna o los complementos de Mike; sí, de Suits me gusta hasta como visten pero no, no me gusta el final de esta tercera temporada. Es cierto que podría empezar desgranandola y diciendo las cosas geniales (que las tiene) de esta tercera temporada pero creo que sin duda el final estropea el gran trabajo previo.

Esta nueva temporada de Suits arrancó más que bien, asemenjando la serie a una partida de ajedrez a varias bandas: por un lado encontramos a Eduard Darby, un nuevo socio con ganas de saltar de Londrés a la Gran Manzana, un lugar dominado por Jessica Persson que tiene como lugarteniente a Harvey Specter, líder de las tropas y defensor del traje de tres piezas pero ¿qué pasaría si el lugarteniente comenzase a dudar de su líder? ¿Cómo reaccionaría se el enemigo lo tentase con más y mejores alhajas? Sí, un Juego de Tronos sin espadas pero con corbatas, eso es la tercera temporada de Suits.

Entonces ¿por qué estoy tan decepcionado con Suits? Sinceramente: el final de temporada no es digno de una serie tam bien trabajada como Suits, es tan solo una huida hacia delante. Sí, se han cerrado la mayoría de las tramas de la temporada pero hay una, quizás la más importante para los espectadores de Suits (la relación entre Mike y Harvey) que no ha sido bien concluida. Sí, entre ellos vuelve imperar la paz pero está claro que ahora la relación entre jefe-empleado a cambiado, ahora es mucho más y esto se debe al buen desarrollo de la temporada donde hemos encontrado los momentos posiblemente más sentimentales de la pareja, momentos en lo que los espectadores ya conocíamos los sentimientos de ambos personajes pero creíamos justo y necesario que los mismos se los dijeren a la cara y es que aunque no lo parezca todos pensamos en algún momento que Mike estaba más fuera que dentro. Por eso, por las expectativas generadas, es injusto un final que es sin duda, como ya hemos dicho, una huida hacia una cuarta temporada en la que Persson-Specter luchará contra el gobierno defendiendo su muchas veces dudosa ética. 

Como siempre Suits cuida a sus personajes secundarios y esta temporada nos ofrece una de las batallas más épicas que hemos presencias Louis Litt frente a su homologo anglosajón: gatos, becarios, baños de barro... aquí todo sirve con tal de hacerse con el respeto de los nuevos y por qué no decirlo: para posturear un poco ante el resto del bufete. Sin duda son estos secundarios quienes quitan peso a las tramas centrales que puntualmente parecen no avanzar o por lo menos no la ritmo que es espectador exige.

Dicho esto, ansioso me encuentro a la espera de la cuarta temporada de la serie y mientras, para matar el gusanillo:



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