Amanece en Edimburgo (Sunshine on Leith)

Sinceramente no sé bajo que etiqueta catalogar Amanece en Edimburgo , algunos dirán que se trata de una comedia romántica, otros que de u...


Sinceramente no sé bajo que etiqueta catalogar Amanece en Edimburgo, algunos dirán que se trata de una comedia romántica, otros que de un musical… personalmente me decanto por esta segunda opción ya que Amanece en Edimburgo es una clara adulación a The Proclaimers, un grupo que ha gozado de éxito y reconocimiento en las isla británicas, pero seamos sinceros, un grupo en el que en España se lo conocen apenas dos temas “I’m on my Way” que muchos asociareis como Shrek pero sobre todo “I’m Gonna Be (500 Miles)” usada hace años en una campaña telefónica que causó furor en este país (la canción, no la campaña).

Está claro que Amanece en Edimburgo habla del amor, del maduro, del que comienza y del que se termina y es que Amanece en Edimburgo alberga todo el abanico cuando Dave y Ally vuelven de su servicio militar el Afganistán e intentan retomar lo que en algún momento pasado fueron sus propias vidas. Pero esto no será fácil pues de trasfondo sobrevuela la rudeza de la guerra que dejan atrás… pero eso es un tema menor ya que en Amanece en Edimburgo han decidido centrarse en la vida sentimental de estos dos (ex)soldados a golpe de cancioncita. Porque no nos equivoquemos en Amanece en Edimburgo han venido a cantar y bailar (bueno, entendamos esas tristes coreografías como baile).

¿Cuál es el problema de Amanece en Edimburgo? Que no funciona y muy posiblemente porque a diferencia de Once las canciones de The Proclaimers no tienen ni linealidad ni coherencia, porque os aseguro que los hermanos Reid (sí, lo he buscado en Google) no tenían la intención de convertir su obra en un musical. Por lo tanto canciones e historia no encajan… y como supondréis por el párrafo anterior la historia está vista y contada mil veces con el hándicap que ha sido contada de una mejor manera o por lo menos más virtuosa.

Entonces ¿merece Amanece en Edimburgo arder en un pira de fuego purificador? Pues posiblemente tampoco pero sí merece pasar sin pena ni gloria por las carteleras o incluso por nuestra memoria, así que por todo ello he decidido otorgar a Amanece en Edimburgo:


¿Por qué un gatito? Pues por dos motivos fundamentales: porque Edimburgo sale realmente bonito y por “Oh Jane” en voz de Peter Mullan al más puro estilo Tom Waits.

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