El Gran Hotel Budapest (The Grand Budapest Hotel)

" ¡El hipster a muerto! ¡Larga vida al twee! " claman los fanzines modernos (evidentemente, esto una revista mainstream no lo p...


"¡El hipster a muerto! ¡Larga vida al twee!" claman los fanzines modernos (evidentemente, esto una revista mainstream no lo publicaría nunca) ¿Pero que es el twee? ¿Por qué los hipster renunciaran a sus barbas? ¡Queremos saber!

A diferencia del hipster, el twee es esa persona feliz y contenta por antonomasia, una persona a que es feliz haciendo mermeladas y patchwork. Como salidos de una película de Walt Disney poco a poco tomaran las ciudad con claros referentes como Zooey Deschannel o Wes Anderson. Y sí, todas estas explicaciones neotribus urbanas con el fin único de presentar la última cinta de Wes Anderson: El Gran Hotel Budapest.

Comencé El Gran Hotel Budapest con muchas ganas, y es que el elenco de actores que poblaría la pantalla era de relumbrón: capitaneado por Ralph Fiennes encontraríamos entre otros a Edward Norton, Jude Law, Adrien Brody, Tilda Swinton... vamos, lo más granado del celuloide hollywoodiense. Pero las decepciones comienzan cuando te das cuanta que excepto Ralph Fiennes (y quizás Adrien Brody) el resto no son más que cameos de cinto minutos para hinchar las expectativas del espectador.

Porque sí, porque  El Gran Hotel Budapest es decepcionante; sí, incuestionable es que Wes Anderson es un genio capaz de conseguir un cuadro colorista en cada uno de sus fotogramas, incuestionable que todo lo que toca el bueno de Wes se convierte en algo luminoso y colorista... jamás lo negaré pero mi pregunta es ¿para qué? ¿para qué crear imágenes que podrían se cuadros coloristas si a la hora de la verdad no aportan nada? Sí, este es el problema de Anderson: todo es demasiado bonito y bucólico pero irrelevante y tras dos horas incluso irritante.

Sé que muchos de lo que hayáis visto este  El Gran Hotel Budapest pensareis que mis palabras son un sacrilegio que El Gran Hotel Budapest es tiene la misma magia y potencia que el cine mudo, el cine de antaño... que sí, que lo que queráis pero ¿quién ve ahora cine mudo? Pues vosotros mismos os contestáis ya que debéis ser conscientes de cómo es el producto ante el cual os sentáis; yo sé que cuando veo uno de esos documentales de escalada o leo uno de esos libros, el producto interesa a muy poquita gente... lo respeto y lo acepto. Pues con Wes Anderson parece estar pasando lo mismo, ya que ha dejado de ser un director de referencia para convertirse en un ser que emana felicidad, luz y color por todos los poros de su cuerpo.

Como conclusión creo que puedo decir que si sois fans de Wes Anderson  El Gran Hotel Budapest cumplirá y colmará vuestras expectativas, si no lo sois pues muy posiblemente os resulte indiferente aunque indudablemente os reiréis con alguno de sus juegos y si por último detestáis a Anderson os diré que  El Gran Hotel Budapest os proporcionará mil y una razones para seguir en vuestra postura. Así pues y subjetivamente:

Aquí os puede interesar

0 seres inteligentes han dicho y tú, ¿a qué esperas?