Los Rescatacoches (Extreme Car Hoarders), 1ª temporada

A priori Los Rescatacoches puede parecer un programa como otros tantos que pueblan las parrillas televisivas de esos canales que pocos ve...


A priori Los Rescatacoches puede parecer un programa como otros tantos que pueblan las parrillas televisivas de esos canales que pocos ven pero cuando te sientas ante el programa pronto de das cuenta que Los Rescatacoches con diferentes a sus congéneres ¿Por qué?

Siguiendo el patrón habitual de estos espacios nos encontramos a una pareja de los más variopinto que se dedican a recuperar (ojo a la palabra utilizada) coches. Ellos son Rick Dore, un teóricamente afamado diseñador de coches, y Chuck Palumbo, exprofesional de la lucha libre americana y aficionado a la restauración de motocicletas. Juntos forman Slam, un garaje que se dedica a darle una segunda vida a automóviles abandonados. Hasta aquí puede parecer uno de esos docu-realities que nos encontramos tan alegremente en la televisión pero es ahora cuando Los Rescatacoches cambia.

Comenzamos buscando un acaparador ¿qué o quién es un acaparador? Pues aquella persona que se dedica al coleccionismo (síndrome de Diógenes) exacerbado de coches. Encontramos entonces personas con parcelas llenas de coches de décadas anteriores que se pudren bajo las inclemencias del tiempo. Es entonces cuando entran en escena Chuck y Rick quienes ofrecen la restauración del automóvil favorito del acaparador a cambio de poder quedarse (para la venta) del resto de sus vehículos. Y ahí está el negocio, en que la venta del resto de vehículos costee la restauración del "objeto único".

Porque sí, en Los Rescatacoches el objetivo principal es ganar dinero, con coches por el medio, pero ganar dinero.
Comprendo que como todos los programas de la televisión Los Rescatacoches se trata de un programa guionizado donde posiblemente haya más mentira que verdad. Y aquí la principal mentira es que como negocio Slam es insostenible ya que habitualmente da pérdidas... bueno, siempre las da, ya que tras cada episodio (tranquilos, solo son seis) se hacen las cuentas de cómo ha ido pero nunca se habla del sueldo de los mecánicos o las comisiones de venta de los vehículos. Por lo tanto Los Rescatacoches como negocio es insostenible.

Pero aquí no hemos venido a auditar una empresa, eso lo dejamos para Deloitte... bueno, después de lo de Bankia quizás no. A lo largo de estos seis episodios se ve una evolución y es que los patrones cambian (literalmente): Rick Dore comienza siendo el lider del taller y su estilo tiende a la personalización de vehículos, es decir, modificarlos para convertirlos en automóviles únicos pero poco a poco Rick se va haciendo a un lado (y asumiendo que no tienen suficiente dinero para llevar a cabo sus ideas) para darle más peso a Chuck, quien se fija menos en la estética de los coches y más en el rendimiento de los mismos.

Un serie que dentro de su estilo es diferente para muchos otra serie más de coches americanos.

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