Diario de un Suicida en Potencia, de Juan L. Mira

Drogas, alcohol, putas, muchos tacos y muy poquito de tacto así es la vida de Marcos, el protagonista de  Diario de un Suicida en Potenc...


Drogas, alcohol, putas, muchos tacos y muy poquito de tacto así es la vida de Marcos, el protagonista de Diario de un Suicida en Potencia, una novela que desde su primera frase busca incordiar y no solo por el lenguaje que utiliza si no también por su manera de redacción (las primeras páginas de Diario de un Suicida en Potencia están escritas como si se tratase de un SMS juvenil de principios de siglo) y su manera de expresarse ya que desde el primer momento el protagonista busca la ruptura con el lector convirtiendo a este en el referente de la sociedad actual de la que Marcos dice no sentirse parte y ser totalmente voluntaria e involuntariamente excluido.

Habitualmente una novela así me atraparía y es que esa imagen de "outsider" que diría Susan Hinton suele resultarme magnética e icónica pero el problema llega cuando esta imagen no es más que una careta cargada de tópicos que busca escandalizar a través de un lenguaje soez y situaciones histriónicas en vez de con pensamientos e ideas contra-culturales. Y eso es lo que sucede en Diario de un Suicida en Potencia: no se busca mostrarnos una vida marginal o asocial que se vuelca en las drogas, el alcohol y el hedonismo si no que se busca escandalizar al lector con el uso de esos elementos. Supongo que Juan L. Mira no es consciente que las drogas, el alcohol o cualquier tipo de estimulante ilegal están al orden del día en la sociedad actual contra la que clama Marcos, así, conocer a una persona que consume sustancias estupefacientes ya no genera estupor o escándalo ¡¡¡si hasta la reina de la tarde televisiva ha contado con todo lujo de detalles sus operaciones nasales por el exceso de cocaína o cómo ha terminado en una clínica de desintoxicación!!! ¡¡¡Y en horario infantil!!!

Me hace gracia encontrarme muchas reseñas que hablan de gran contenido en humor negro de Diario de un Suicida en Potencia ¿humor negro? ¿en serio? No creo que Diario de un Suicida en Potencia sea un ejemplo de humor negro ya que constantemente recurre a desenlaces del estilo caca/culo/pedo/pis para incomodar al lector...hombre, entiendo que para el lector tipo de Antonio Gala esta novela resulte chocante, comprendo que para la fiel lectora de Nora Roberts resulte irreverente o incluso contestatario pero ¿humor negro? Diario de un Suicida en Potencia es al humor negro lo que 50 Sombras de Grey al BDSM, no sé si me entendéis.

Lo mejor de Diario de un Suicida en Potencia es que se olvida a la misma velocidad que se lee... bueno, no, se olvida con mayor facilidad. Sé que este comentario puede resultar cruel pero me gustaría hacer una pregunta a quienes hayan leído el libro de Juan L. Mira ¿cómo se llama el mejor amigo de Marcos? Posiblemente ya no os acordéis... eso es lo que quiero decir, que Diario de un Suicida en Potencia se ha convertido en un entretenimiento momentáneo del que posiblemente ya no guardéis recuerdo.

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