Lo Mejor que le Puede Pasar a un Cruasán, de Pablo Tusset

Lo mejor que le puede pasar a un cruasán es que lo unten con buena mantequilla.  Lo Mejor que le Puede Pasar a un Cruasán es una novela deb...

Lo mejor que le puede pasar a un cruasán es que lo unten con buena mantequilla. Lo Mejor que le Puede Pasar a un Cruasán es una novela debut del catalán PabloTusset quien nos invita a recorrer Barcelona de la mano de Pablo Miralles, hijo discolo de una de las familias con más renombre de la burguesía barcelonesa.

 Lo Mejor que le Puede Pasar a un Cruasán una novela que llegó a mis manos en una librería de la Ciudad Condal y leerla ha sido como regresar de nuevo ya que  Lo Mejor que le Puede Pasar a un Cruasán desprende Barcelona en todos sus capítulos, una ciudad alejada de Las Ramblas o de Plaza Catalunya, una ciudad quebrada que se divide en los barrios altos desde los cuales las burguesía catalana mira al resto de la ciudad con cierto aire de superioridad. Una clase social más preocupada en guardar las apariencias que en vivir y es que sí:  Lo Mejor que le Puede Pasar a un Cruasán caricaturiza a esta "nueva" clase social, una caricatura que va mucho más allá de ciudades o autonomías porque es muy probable que en cualquier ciudad del mundo, por pequeña que sea, podemos encontrar un grupo de gente que se considera mejor y superior, un grupo de gente cuya mayor preocupación sea el lucirse y ser loados por el resto de la sociedad.


Aquí encontramos a Pablo Miralles, hijo díscolo de la familia. Más preocupado de las mujeres y las noches que en las invitaciones a las grandes comidas orquestadas por su familia. Pablo vive de las rentas que la empresa de su padre le aporta y aislado de la sociedad, tan solo frivoliza con los camareros del bar de siempre y con la mujer que desde el fondo de la barra le pone ojos, Pablo es sin duda la vergüenza de una familia que lucha por encumbrarse dentro de la alta burguesía catalana. Pero todo eso, tras la desaparición de su hermano (Sebastián) cambia y ya nada nunca volverá a ser igual.

Es el propio Pablo Miralles quien en primera persona nos narra como un simple encargo (descubrir el propietario de una finca urbana) ha hecho que su vida varíe por completo. Lo hace con todo pelo de detalles: desde sus duchas a sus hallazgos cuando la vida le lleva a convertirse en detective y lo hace haciendo gala de un gran humor negro. Es cierto que  Lo Mejor que le Puede Pasar a un Cruasán por momentos se convierte en una novela densa, debido en gran manera al excesivo delato de los detalles pero contra todo pronóstico su lectura es ágil y rápido, en ningún momento llega a cansar más bien todo lo contrario Lo Mejor que le Puede Pasar a un Cruasán te sumerge en un hilarante mundo de drogas, copas, putas y dinero.

Es cierto que  Lo Mejor que le Puede Pasar a un Cruasán tiene pasajes realmente buenos pero sería injusto decir que es una gran novela porque no, no lo es y en gran medida se lo debemos a un final que no está a la altura del resto de la narración. Como ya hemos comentado Pablo Tusset puede llegar a pecar de exceso de detalle pero al final estos desaparecen y la novela se precipita hacia un final, que si bien podría ser aceptable dentro del mundo que nos propone la novela, está falto de detalles y muy por debajo de las expectativas que el autor ha creado durante todo el libro. Le sobra ingenio pero le falta pericia y es que hasta el momento creíamos que Pablo (Miralles, evidentemente) era un ser inteligente, trasgresor y sarcástico pero en los párrafos finales se deja llevar... sin duda el autor traiciona al personaje.

Dicho esto considero que Lo Mejor que le Puede Pasar a un Cruasán puede hacer pasar un rato agradable a quien busque una historia detectivesca contada desde otro punto de vista y de una manera mucho más canalla.

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