Into the Mind

Into de Mind se podría traducir por "en la mente" y allí es donde nos llevan los chicos de Sherpas Cinema en esta cinta que no...


Into de Mind se podría traducir por "en la mente" y allí es donde nos llevan los chicos de Sherpas Cinema en esta cinta que no está demasiado claro que es ¿Por qué digo esto? Pues comencemos diciendo que Into the Mind está catalogada como documental, además está firmada por Sherpas Cinema un productora especializada en documentales de montaña pero Into the Mind, aunque por estructura pueda parecerlo no es es documental. En ella encontramos la historia de como un montañero intenta ascender a un pico para una vez allí comenzar un frenético descenso en freeski (una modalidad de esquí que se practica fuera de pista y sobre nivel virgen) por lo tanto podríamos pensar que se trata de un falso-documental pero no, no es allí ya que en el medio de esta historia han decidido colocar secuencias de profesionales del freeski para "romper" así la línea que separa la realidad que vive nuestro rider con sus propios sueños al ritmo frenético de la música más propia de una carpa dance que de un documental. Así Into the Mind es un compendio de cosas sin ser ninguna clara.

Como podéis imaginar reseñar en Into the Mind se convierte en una tarea ardua de la que muy posiblemente no resulte demasiado satisfecho. Y es que como película Into the Mind, que desarrolla una historia de superación y lucha, es terrible ya que ni el POV nos ayuda a acercarnos a la cinta. Pero en cambio, si nos sentásemos ante Into the Mind como quien va a ver una serie de vídeos de montaña deportivos, el resultado sería bien distinto ya que la belleza de las imágenes y la manera de tomarlas es realmente espectacular... es entonces cuando más de una hora de metraje se nos antoja eterna.

Quizás Into the Mind luche por convertir en poesía la imagen (está claro que es capaz de convertirla en belleza) pero en estos juegos que se trae peca de pretenciosa. Sí, indudablemente si la vemos fragmentada hará las delicias de los rider más extremos, de aquellos que sueñan con alcanzar en infinito de las montañas o descenderlas de la manera más vertical posible. Posiblemente al terminar Into the Mind sí quieras decender una montaña nevada a la que antes has escalado pero posiblemente querrás tomar el aire antes, olvidarte de lo que acabas de ver y ordenar tu vida porque la música atronadora lo ha tirado todo por el suelo y ahora parece el día después de una fiesta en el salón de caso.

Así, volviendo a recalcar la belleza de las imágenes de la cinta, he decido que Into the Mind se lleva:

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