Mortdecai

La crítica la ha vapuleado, la taquilla le ha dado la espalda ¿es tan mala Mortdecai ? ¿Ha comenzado Johnny Depp? ¿Se arrastran sin graci...


La crítica la ha vapuleado, la taquilla le ha dado la espalda ¿es tan mala Mortdecai? ¿Ha comenzado Johnny Depp? ¿Se arrastran sin gracia Paltrow y McGregor por la pantalla? A continuación daremos respuesta a esta preguntas y muy posiblemente responderemos alguna que ni siquiera os habéis planteado.

Comencemos siendo claros: Mortdecai no pasará a la posteridad y es que, tampoco nos equivoquemos, últimamente las elecciones de Johnny Depp no han sido las mejores. Pero en Mortdecai sucede algo realmente extraño: el personaje de Johnny Depp, protagonista casi total de la cinta, cumple los patrones que han convertido a Depp en una estrella del celuloide: Charles Mortdecai es un excéntrico y adinerado marchante de arte, un marchante amoral que trafica con piezas piezas de dudosa procedencia y dispuesto a todo por una venta, Mortdecai es un embaucados nato solo así se entiende que tenga una mujer realmente guapa y sofisticada a su lado (que no es otra que Gwyneth Paltrow). En su día a día Charles Mortdecai se ha ganado mil enemigos por sus negocios y la fama de excéntrico por un bigotillo que ha decidido llevar en honor de sus antepasados y que consigue que su matrimonio penda de un hilo... sí, una historia de lo más rocambolesco.

Hasta aquí, como espectador-fan del otrora sombrerero loco, aguantas la propuesta de Mortdecai sabiendo que es muy posible que vaya pillada con alfileres pero te da igual, esperas ese momento genial de Depp, ese momento que te haga olvidar que el MI5 (servicio de inteligencia británico) recurre a Mortdecai para encontrar un famoso cuadro robado... vale... esto comienza a oler demasiado a algún "super" agente británico al que Mike Meyers le ha dado vida...

Comienza una acción trepidante en la que Mortdecai se enfrentará a las mafias asiaticas, a un grupo de rusos, a terroristas internacionales... vamos, que solo le ha faltado luchar contra Mariano Rajoy y sus supervillanos... y oye, dentro de esta locura tan mal hilvanada no sería la situación más inverosimil. Porque ese es el gran problema de Mortdecai no tiene criterio en cuanto a estupideces... hasta tal punto que solo le ha faltado introducir a Kim Jon-Ug a lo The Interview.

Siendo fríos y reflexionando un poco no es que Mortdecai sea una mala película sino que se trata de una película protagonizada por Johnny Depp del que siempre, involuntariamente, esperamos algo. Además encontramos a Gwyneth Paltrow e Ewan McGregor... pero Depp es un agujero negro que lejos de dar más a una película mediocre anula cualquier cosa buena que en ella se encuentre porque su luz (o su miseria) brilla muy por encima de la del resto. Una agonía de la que solo se salva Paul Bettany quien da vida al esbirro de Charles Mortdecai al que aguanta estoicamente.

Mortdecai es una nueva imposición, voluntaria o involuntaria, en el plan de pensiones de Depp. Lo peor, es que este es uno de esos momentos, en los que otorgaré cero gatitos a una cinta que quizás se mereciese algo más, uno de esos momentos que el cine o en este caso Johnny Depp te hace sentir mezquino por atizar a una cinta en la que Paltrow sale guapísima por primera vez en muchos años o en la que Bettany se merece un abrazo y una mordaza con la que callar a Depp pero debemos ser profesionales y decir que Mortdecai se merece:

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