MasterChef, 3ª temporada

Seamos sinceros: la segunda temporada de MasterChef nos dejó un poco (muy) enfadados, primero encontramos a un concursante que era una ...


Seamos sinceros: la segunda temporada de MasterChef nos dejó un poco (muy) enfadados, primero encontramos a un concursante que era una autentica pesadilla sobreactuada que solía responder al nombre de Gonzalo para después sentirnos engañamos con la no-victoria de Emil y es que amigos: todos recordamos a Emil y su perilla pero posiblemente no quién ha sido el ganador de la segunda edición (por cierto, fue Vicky).

Así que con mucha cautela comenzamos esta tercera temporada donde nos llevamos una gran sorpresa: un cocinero cocinando al mismo tiempo que los concursantes ¡sí, genial idea! El problema es que tan solo se llevó a cabo en el primer programa, así que esa ilusión de novedad nos duró eso: un programa. A partir de ese momento se generaron una serie de roles que jamás se abandonarían en MasterChef. Teníamos al andaluz simpático (Antonio), a la mala del cuento (Sally), al cani-simpatico-mejeriego-pero-todo-corazón-que-sabemos-que-ganará-desde-el-tercer-programa (Carlos), al que lucha contra viento y marea por una vida mejor (Fidel), a la cuqui (La Cuqui que ni personalidad tiene), a la próxima portada de Men's Health (Kevin)... pero sobre todo tuvimos a un personaje de nombre Pablo, y es que aunque no llegó al nivel de Gonzalo, Pablo ha sido el líder de las Drama Queens: para ellas siempre todo era terrible y motivo de lágrimas y mocos por doquier, porque sí: un super patrocina a MasterChef, unos electrodomésticos patrocinan el programa pero si un día una empresa de pañuelos de usar y tirar lo patrocina ¡¡¡lo peta!!! Madre que manera de llorar esta edición.

MasterChef agota el formato, está todo demasiado medido y publicitado:que si el vidrio, que si el libro, que si la escuela online, que si el aceite y como no, una vez más el ejercito lavando imagen y defendiéndonos de los ataques extraterrestres... pero este año, rizando el rizo, han logrado incluir al capellán castrense en ese programa-lavado-de-cara... seguro que el próximo año, Eva, consigue entrevistar en prime time y en exclusiva a la cabra de la legión... una vez más: lamentable señores de MasterChef.

Muy posiblemente pronto los olvidemos de esta edición de MasterChef pero en nuestro subconsciente siempre quedará sitio para el mejor y más espectacular plato de la historia del programa: León Come Gamba que ha marcado un antes y un después en la cocina de esta país. Muchos direis que exagero pero os aseguro que no y os pongo un ejemplo ¿podeis decir que tres cocineros estaban en la final del programa? Pues no pero ¿cómo se llamaba el concursante que expulsaron en el segundo programa de la temporada por crear el "León come Gamba"? Sí, has acertado: Alberto.

Además "León come Gamba" supuso la humillación de un concursante por parte de un jurado que pecó de pedante, cierto es que Jordi Cruz pedía después de la emisión del episodio perdón a todos los espectadores que pudieron sentirse ofendidos por las formas con las que se había tratado al concursante. Como el propio Jordi reconocía él mismo le había animado a arriesgar y el concursante no supo desarrollar bien esa idea. Sea como fuere, "León come Gamba" ha sido el momento más destacado de esta tercera edición de MasterChef... y eso es un problema.

Pero no creo que Alberto haya sido el único concursante menospreciado en esta edición. Partamos del siguiente punto: a mí Lidia me cae bastante mal, es seca, no sonríe e incluso parece que le hayan metido un palo por el orto pero es indudable que la tía es profesional, un claro ejemplo es cuando visitan el hotel-spa del yuppi new age que piensa que los alimentos son el yig y el yag... ella: una persona con una formación reglada, no cree en esa filosofía pero trabaja con los patrones que le han dado... sí, eso jode. Jode no buscar la complicidad del público o el jurado, no dar juego y tener tus propias ideas, jode que sea una tía clara y directa y por eso se va a la calle porque el jurado no es objetivo, como la comida es subjetiva (a mí no me gusta el marisco y a ti, que estás leyendo, te encantará) por eso llegado el tramo final es mejor que se quede el andaluz simpático y el chiquillo guapo antes de una tía con las ideas claras... es lo que tiene el show-business amigos.

Aquí os puede interesar

0 seres inteligentes han dicho y tú, ¿a qué esperas?