Cosmopolis

David, de verdad, no eres tú, soy yo... tú nos muestras tu mundo, nos invitas a acceder pero nosotros, simples mortales que nos sentamos...


David, de verdad, no eres tú, soy yo... tú nos muestras tu mundo, nos invitas a acceder pero nosotros, simples mortales que nos sentamos ante tus películas somos incapaces de comprenderlo. Solo ellos, los elegidos, los expertos, los que ven más allá de la historia, los que examinan cada secuencia en busca de la grandeza son capaces de comprender, entender, querer y abrazar tu mundo... el resto, el resto nos pasamos hora y media pensando en tu madre (y no de manera positiva, no).

Posiblemente tengan razón aquellos que dicen que Cosmopolis es el retrato del fin de mundo tal y como lo conocemos, no lo dudo ya que cuestiona buena parte del sistema capitalista liberal que ha destruido o mejor dicho segmentado nuestro mundo aunque no queramos verlo pero lo que tengo claro es que la manera como Cronenberg lo cuenta es realmente pretenciosa y pseudo intelectualoide digna de Jesucristo contando parábolas con un golpe de calor... y es que aquí hasta un peluquero que fue taxista y orinaba bajo un puente es capaz de mantener una conversación metafísica de cómo y por qué duermen por las noches las limusinas que recorren Nueva York... porque sí: la limusina es el nuevo Arca de Noé y en ella subirá cada animal que... que termina por agotar nuestra paciencia.

Nadie dudará jamás de la excelente fotografía de Cronenberg y una cuidada puesta en escena pero eso no sirve para salvar a Cosmopolis. Una película es el conjunto de historia, actuación, fotografía, música, escena... un conjunto que debe funcionar como una maquinaría bien engrasada pero que en Cosmopolis no lo hace. Posiblemente esa obsesión por al diferencia extrema convierta al cine de Cronenberg en un producto indigesto que se ha quedado anclado en un simbolismo antiguo que ya aburre y no llama la atención.

Quizás el mayor acierto de Cosmopolis es es la inclusión de Robert Pattinson como ese broker que coquetea constantemente con la muerte ya que sigue la línea de la cinta: recita largos y tediosos discursos metafísicos sin tan siquiera mover un musculo ni conseguir llamar nuestra atención... bueno, sí, cuando suda ya que es realmente desagradable por algún extraño motivo que desconozco.

pd.: Robert Pattinson en la rueda de prensa de Cannes 2012, que sirvió como estreno de Cosmopolis confesó que aun no sabía de qué iba la película, por lo menos alguien sincero entre tanto engaño intelectual.

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