Vikings, 3ª temporada

Cuando comencé con Vikings la veía como la hermana pequeña de Juego de Tronos pero a medida que se han sucedido las temporadas las dos ...


Cuando comencé con Vikings la veía como la hermana pequeña de Juego de Tronos pero a medida que se han sucedido las temporadas las dos series han tomado caminos muy diferentes: en Poniente han decidido darse a la magia mientras que los hombres (y mujeres) de Ragnar siguen luchando por resistir cada invierno y por respeto ante sus dioses (sean cuales sean).

Así hemos llegado al fin de la tercera temporada de Vikings posiblemente la temporada más extraña y con más altibajos que hemos tenido de la serie hasta el momento. Para mí esta temporada se puede dividir en dos mitades claramente diferenciadas: el conflicto inglés y la invasión a Francia.

En la primera mitad nos encontramos una historia en la que Ragnar simplemente es un invitado que cede el protagonismo a Athelstan quien se ha pasado media temporada luchando por recuperar su fe en medio de una ambiente de lo más hostil es en ese momento donde se genera el conflicto con Floki (y es que esta temporada Gustaf Skarsgård está realmente sensacional en su papel: sin ir más lejos, su despedida de Ragnar puede ser uno de los mejores momentos de la serie hasta el momento). 

Está claro que Athelstan es un elemento mucho más importante para la trama de lo que puede, en un principio, parecer. Y es que nuestro amigo monje es parte del conflicto inglés al dejarse llevar por su pasión y aunque parezca mentira es mucho más importante en el sitio a París de lo que nunca ha parecido. Es más: muy posiblemente la cuarta temporada gire alrededor de personaje de Athelstan y Floki. 

Lo que me descolocado totalmente es la visita del errante a Kattergat... ¿aporta algo a la historia más allá que la muerte de Siggry? Supongo y espero que sí, que con la vuelta de Ragnar a su hogar todo encaje ya que si no hemos perdido el 20% de la temporada en unos capítulos realmente densos que poco o nada han aportado.

Muerta Siggy, finalizado con conflicto Floki vs Athelstan ha sido el momento de volver a hacer cosas de vikingos: sitiar, saquear y luchar... y está claro que los franceses dan mucho juego para ello.

Una vez más la mano cinematográfica de la Metro se nota en esas encarnizadas batallas en las que la pérdida de miembros y salpicaduras de sangra son lo más habitual; ahí es dónde Ragnar es feliz... o no. Todo hombre es humano y rige por unas normas que nunca podrá quebrantar: Ragnar, aunque parece ser tocado por los dioses (como el propio Rollo dice en algún momento de la temporada) sucumbe por primera vez y es que metido en tanta batalla está claro que un día iba a suceder. Por fin la serie, todas esas situaciones inconexas que no lográbamos encajar, su unen para dar vida (o muerte) a un final tan glorioso como falaz (y es que no puede ser que Ragnar cambien tanto de la noche a la mañana y viceversa). Un final que nos invita a una cuarta temporada cargada de traiciones, intrigas y posiblemente más de un ajuste de cuentas... tan solo espero no revivir la segunda temporada, yo soy de esos que tienen fe en Rollo, creo que tiene valor para la trama y creo que es un personaje que ha sido inmenso pero que ha caído y ha sabido levantarse y ganar el perdón así que no, no paso por otra confrontación con Ragnar y es que aunque duela quizás sea el momento de decir adiós al Rey Ragnar Lothbrok.

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