Papusza

Lo justo sería decir que cuando el Instituto Polaco de Cultura nos invitó a la proyección de  Papusza  tan solo sabíamos que nos sentar...


Lo justo sería decir que cuando el Instituto Polaco de Cultura nos invitó a la proyección de Papusza tan solo sabíamos que nos sentaríamos ante una cinta polaca en versión original (subtitulada, evidentemente, ya que el polaco no es uno de nuestros puntos fuertes). Pero una vez vista Papusza podemos decir que es una fotografía de una realidad que ya nos queda muy lejana y es que Papusza está basada en la vida de Bronislawa Wajs, más conocida como Papusza, primera poeta gitana en publicar su obra en Polonia. Pero Papusza es mucho más que eso: es un retrato del pueblo nómada romaní en la primera mitad del siglo XX, una historia que a la mayoría de nosotros nos resulta totalmente desconocida. 

De la mano de Krzysztof Krauze y Joanna Kos-Krauze nos sumergimos en lo que en un primer momento parece un cuento de hadas en blanco y negro pero poco a poco la historia se vuelva más y más oscura pero en ningún momento deja de ser un cuento de hadas ya que las "maldiciones", la "brujería" y los "malos espíritus" impregnan la realidad de Papusza,una niña que un día quiso aprender a leer y a escribir muy en contra de lo que su poblado quería, es ahí cuando aparece la magia de la palabra o la maldición de la letras (dependiendo quien cuente la historia).

Papusza es una mujer dura, una mujer que sobrevive según sus ideas: primero lucha contra su pueblo, ella quiere leer, escribir, saber, descubrir... pero no es la única piedra que se encuentra en su camino: más tarde aparecerán los nazis quienes inicial la caza de judíos en Europa pero de los cuales los gitanos tampoco se libraron. Ya perteneciendo al bloque comunista la Papusza sigue siendo una gitana, un puro animal para las élites que gobiernan o por lo menos es así hasta que su figura se hace pública e importante pero en ese momento Papusza ya se ha cansado de luchar y tan solo quiere vivir en paz. 

Como película Papusza tampoco es fácil: sus planos infinitos, su blanco y negro y la crudeza y suciedad de las imágenes la alejan del gran público convirtiéndola en una cinta casi desconocida y dirigida a circuitos alternativos. Indiscutiblemente Papusza nos muestra una preciosa fotografía que nos lleva a un mundo olvidado de principios y mediados del pasado siglo. 

Una cuidada banda sonora acaricia las imágenes resaltando el color de la vida en la ausencia del mismo: y es, como ya hemos dicho, Papusza es visualmente en blanco y negro pero no por ello es menos intensa y es que a veces menos es más y una señora vestida de negro sentada en un destartalado banco con una pared blanca de fondo dice mucho más que alguna cinta que haya reventado la taquilla porque a veces el simple paso del tiempo es todo un logro. 

Como ya hemos dicho Papusza no es una película para todo el mundo, muchos la trataran de lenta, quizás digan que no cuenta nada pero jamás negaran lo bonita que es, por ello hemos decidido otorga a Papusza:

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