Como no podía ser de otra manera Cuentos para Gente Impaciente es una colección de catorce pequeños relatos que llegan a nosotros de la mano de Javier de Ríos Briz y como comprenderéis se trata de un libro de ágil lectura y amena que no exige un ambiente bucólico ni especial para su lectura, es más, Cuentos para Gente Impaciente ha acompañado mi tiempo para el desayuno en el trabajo.

Y aunque son relatos sin nada en común podemos decir que en todos los cuentos que encontramos en esta recopilación existe un marcado patrón común: las acciones suceden en un espacio cotidiana, buscan la sorpresa del lector con un giro inesperado y habitualmente tienen altas dosis de humor negro, ese sería nuestro rápido resumen pero elaboremoslo un poco más: en Cuentos para Gente Impaciente no encontraremos ambientes futuristas o lugares exóticos, no, todo ocurre en La Mancha, en nuestro barrio o en nuestro lugar de vacaciones, es más, ahora mismo, mientras lees esto puede estar ocurriendo un cuento para gente impaciente a tu lado y tú sin darte cuenta. 

Está claro que este formato de relato breve (incluso alguno hiperbreve) dota al autor con las herramientas para introducir en cada unos de estos cuentos un giro inesperado que lleva al lector a un punto que quizás no hubiese supuesto de antemano ¿Son efectivos todos estos giros? Pues muchas veces no, es más, la mayoría de ellas resta verosimilitud al cuento en si pero supongo que la intenció de Javier de Ríos no es convencernos con sus cuentos sino procurarnos un rato ameno. 

El tema del humor negro es más complicado. Es cierto que Cuentos para Gente Impaciente chorrea humor negro pero no por ello es necesariamente humorístico, es más, Cuentos para Gente Impaciente deja un poco amargo de venganza; es difícil de definir pero muchos cuentos parece un ajuste de cuentas (dialéctico y por escrito) de situaciones anteriores que como lectores impacientes desconocemos, finales abiertos que encierran mucho más de lo que cuentan y que en ocasiones nos intrigan queriendo saber más de la historia.