Me gusta la música, me gusta mucho la música en vivo, viviría de festival en festival. Por eso me encanta que cada rincón de la geografía española tenga su propio festival con su propia idiosincrasia. Da igual que sea grande o pequeño, de flamenco o de techno, lo importante es que la cultura llegue a todos los rincones de este país. Sin duda una de la mayores expresiones de la cultura es la música y en un país donde la clase política se ha propuesto acabar con cualquier tipo de cultura debemos apoyarla.

Dicho esto y mostrando todo el apoyo posible a cualquier evento cultural creo que las cosas hay que hacerlas con un mínimo de mimo y cuidado, cosa que no ha sucedido en el concierto de Zahara el pasado viernes en Vigo. Un concierto que estaba integrado en el "Festival Illas Cíes", un nuevo evento que promueve el Concello de Vigo, y lo entrecomillo ya que cada concierto se celebra en una fecha, lugar y con un coste diferente. Vamos, que el cuidado ha sido tan escaso que han denominado "festival" a un ciclo de conciertos porque, ¿cómo es que Vigo (ciudad) no va a tener su propio festival?

El concierto de Zahara comenzó gafado desde el principio ya que cuando el "festival" fue anunciado, el concierto de la andaluza no aparecía y la comunicación del mismo se hizo a través de los carteles pegados en el paredes pero vamos que eso es lo de menos. Rara también fue la ubicación del mismo: la Plaza do Berbés. Para quienes no conozcáis Vigo os puedo contar que la Plaza do Berbés se encuentra entre el puerto y el Casco Viejo, que hace unos años se ha "humanizado" (básicamente se ha construido un parking subterráneo que se ha cubierto con losas de piedra pulida). Pero, ¿qué importa esto? Pues mucho más de lo que pensáis. Como podéis imaginar no se trata de un recinto "adaptado" para conciertos, así que cuando a la derecha te encuentras edificios de piedra en fase de rehabilitación pegados a la torre de sonido y a la izquierda una calle con bastante densidad de tráfico y un suelo de piedra pulida las condiciones para la escucha de un concierto no son las ideales. Por lo tanto, habría que cuidar y mimar el sonido para que la escucha sea lo más cómoda posible y ¡¡¡no poner las torres de sonido al máximo!!!

Así la voz de Zahara no se escuchó en las primeras cinco canciones. Vamos, que si nos ponemos de espaldas al escenario y nos dicen que en vez de Zahara está cantando Jota de Los Planetas nos lo creemos sin ningún problema. Si a ello le unimos las reverberaciones del sonido, la decepción fue mayúscula. Por lo menos para los no-fans, ya que a los fans de la artista les daba igual y chillaban las letras de los temas de la andaluza, supongo que para ponerse a la altura del volumen del sonido.

Así que fue a partir de 'Rey de Reyes' cuando comenzamos a distinguir la voz de Zahara con claridad. Pero ya era muy tarde, al concierto le quedaban un par de temas y los bises, que comenzaban con 'Caída Libre' y terminaban con Zahara bailando entre los asistentes mientras Manuel Cabezalí y Martí Perarnau daban rienda suelta a sus "juguetes" sobre el escenario.

Zahara tiene razón, es muy valorable encontrar música gratis en la calle con los tiempos que corren. Pero es una pena que las condiciones no sean las adecuadas porque además de perdernos un concierto de Zahara, nos hemos perdido un concierto excepcional, ya que además del candor y arte de la jienense, ayer hubiésemos podido disfrutar de la enorme banda que la acompañaba.